Los tiempos han sido difíciles. Para ahorrar dinero, te has mudado de tu viejo castillo a un lujoso barranco. De todos modos, no te gustaba ese castillo; siempre lo saqueaban, y nunca a una hora razonable. Y si no eran los bárbaros era la peste, o a veces venían los dos a la vez, y no había suficientes sillas. El barranco es genial; te da mucho sol y puedes tirar la basura donde quieras.
En tu tiempo libre te dedicas a la mendicidad. La mendicidad es un concepto brillante, pero complicado en la práctica, ya que nadie tiene dinero. Pides ramitas a los aldeanos y ellos te las devuelven, pero nadie parece salir ganando. Así es la vida a veces. Estás tranquilamente conquistando pueblos, ocupándote de tus asuntos, cuando de repente hay una plaga, o bárbaros, o todo el mundo es analfabeto, y es todo lo que puedes hacer para aferrarte a algunos restos mientras pasa la tormenta. Aun así, estás seguro de que, como siempre, triunfarás sobre esta adversidad, o al menos lo harás ligeramente mejor que los demás.
Esta es la séptima adición al juego de Dominio. Tiene 500 cartas, pero no es independiente. Añade 35 nuevas cartas de Reino a Dominion, además de nuevas cartas malas que puedes dar a otros jugadores (Ruinas), nuevas cartas para reemplazar los Estados iniciales (Refugios) y cartas que sólo puedes conseguir a través de otras cartas específicas. Los temas centrales son la basura y la mejora. Hay cartas que hacen algo cuando se destruyen, cartas que se preocupan por la basura, cartas que se mejoran a sí mismas y formas de mejorar otras cartas.